20.3.14

Equinoccio de otoño. Neftalí se preguntaba porqué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas...

13.3.14

Invisible

Algunas veces evoco una vieja fantasía: La terrorífica visión de no ser un hombre, sino, solamente, un retrato intangible que habita en la mente de otra persona.
Darme cuenta de que toda mi vida no ha sido más que una farsa, una materialización ficticia de anhelos, una insulsa forma esclava que nadie puede ver más allá de la mente de otro que la sueña. Una nada, un espectro psicológico que no razona por sí solo sino como parte de los pensamientos de alguien más.

Cautivo y fracasado desertor dentro de una psiquis que lo imagina y comparte con él algunos momentos de su existencia. Una tenebrosa sombra que mora en la idiotez de otra. Que a su vez es su propia y enajenada idiotez. Espantoso delirio.

3.4.13

Otro


Enero de hace tres años

En un papel arrugado de la estación decía:

Ahora que te veo escapar con otro, tengo la sonrisa de un pato.
No me estoy riendo, pero una rígida mueca me divide la cara en dos. Un lado dice ‘no te vayas' y el otro grita ‘no vuelvas más’.
Soy como un vidrio roto y barato. Soy otro siendo yo.
Mis manos transpiran reproches que nunca dije, mi boca no quiere ni acordarse de vos. Así de parco, no hago nada. Me quedo parado, inmóvil, dejándote ir en tus inefables excusas por las empedradas vías de tu antojo.
Entonces, en mi decepción por todo, me marcho lejos. Me sumerjo resignadamente en el río de la normalidad y vuelvo descolorido a nadar en la distancia que separa mi cobarde impotencia de la sucia razón por la que ya no estás.



Vivir cada día después de soñarte sabe distinto. Es como si toda la incertidumbre de la realidad se riera a carcajadas de mí. Es absurdo, lo sé. Verme ahí parado, buscando tus sobras en un libro, en el plato del perro, en mi anotador. Perdido en una tonta mancha en mi camisa, traspapelado en el desorden de la habitación.
Algunas mañanas, apago la radio cuando alguna letra rebelde se pone a hablar de vos. De tu cuerpo efímero, de tus ojos brillosos, de la extraña manera en que me tratás cuando te das cuenta de que nadie pretende quedarse como quiero yo.
Cada día de éstos se parece demasiado al anterior. ¿O será que siempre vivo en el mismo?
Pasan muchos minutos inciertos desde que abro los ojos y rasco mi barba hasta que entiendo la rutinaria verdad.
Algunas noches me acuesto deseando olvidarte, y, no obstante, es a lo que más le temo. Porque hoy, entre mi almohada y la luz de la mañana, me sigo preguntando: ¿cómo lucirá el mundo cuando te deje ir?



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A los ideales que no saben jugar de otra cosa.
Memorias del comienzo. Año incierto.



Hace siete veranos que no me cierran las cuentas con vos.
Hermosa y delicada. Aguda y dividida.
Cuatro mujeres en una.
Desde que no te miro a los ojos,
los siete veranos,
se me han vuelto
veintiocho inviernos.


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A F. (guardiana de las rosas, esclava del miedo)
¿Que hay detrás de la puerta de mi cuarto? Silencio embarrado en la pared, cuatro tintas, diez sueños y medio, una banqueta, la misma cara de necio, las fotos de antes, veinticinco pesos ahorrados, un pantalón roto, cientodos veces "no debo", una lapicera, una ventana que mira al norte, la misma mentira de siempre: "ya no te extraño"...
Hay luz sobre algo. Lo envenena no ser comprendido. Lo sume en el suplicio de no poder respirar. Pide a gritos agua, le entregan tierra. Se ahoga sabiendo que del otro lado no hay nada. El profundo abismo que alimenta al vacío.
Después de ese absurdo intercambio de ideas con M. se da cuenta de que no tiene sentido hacerse entender con alguien que habla en otra lengua. Que se mueve por otros caminos, que una confesión tiene el mismo significado para ella que la etiqueta de una lata de arvejas en el supermercado. Eso es tremendo.

2.4.13

Memorias de un 6 de julio

Plañidera. Despertar con una palabra en la cabeza.
Mujer a la que se le pagaba para ir a llorar al funeral de una persona.
Plañidera, llorona, lamentatriz. Misterios de la mente humana.

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La radiografía de mi mano. El fondo, el hueso. Algo que no se ve y existe. Las sombras, la textura, los cráteres del blanco con la piel.
¿Y más allá? Sumergirme en el fondo del hueco, en la morada de lo inmediato. Transitar en lo oscuro, en lo vedado. Algo fluye, drena el líquido enfermo que me ataca. Algo que se alivia.
Radiografía de una mano. Alrededor no hay nada.

31.1.11

Ablución nocturna. El innoble cristal que contiene el elixir del olvido. Ablución nocturna.

A V.

Con nostálgica resignación y de corrido...


Allá va mi compañero de clausuras, transformando lo que fue, lo que vanamente escribía resignado, a veces con tal ponderación que la tinta no salía de sus manos. Desconozco cuando decidió olvidar, pero en la distancia le envidio la guapeza, o sólo ansío su inmanente cobardía.
Amo y esclavo de su destino, una persona más compleja, amistades versadas, condescendientes y fotogénicas, viajes, música, letras, quizá mujeres en las que ya no se reconoce patético, triste, tan indigno. Tal vez otras historias que contar (o las mismas reeditadas) ¿Habré cambiado yo también?
Quizá, pienso, sólo aprovechó el envión que le regaló la infalible locura. Se fue sin despedidas, sin que lo echaran. Resignó la mellada historia en pos de no volver por los viejos caminos, por las viejas fórmulas que le estallaban en la cara como hacían con sus sueños, sus ansias, su derecho a ser tenido en cuenta. Se burló del desconsuelo, o tal vez, en su obsecuencia, se entregó pacífico al designio de alguien más, un redentor, un brazo puro y noble que lo elevara hacia algo claro y distante.
¿Adónde te fuiste, amigo? – me pregunto. ¿Qué nombre vestirás ahora que parecés ser feliz?


“Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse.
Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós."
– J. Cortázar

29.1.11

¿Y si de pronto en la entelequia de la rutina me forjara un mundo laberíntico en el que no sea nada más que ínfimas noctilucas yendo de aquí a allá? Un cuadro lleno de paredes rebeldes. Oscuridad, silencio. Pequeños trozos de pensamientos que floten sin ser juzgados, sin ser medidos, simplemente atendiendo al dictado de su propia y llana transparencia. 

Si eso llegara a ocurrir, ¿a dónde van a ir a parar las cartas, el mate amargo, los otros, el micro que pasa justo a las ocho y cuarto, el futuro, el perro que le ladra hasta al dueño, las rejas de la calle, la noción de estar perdiendo plata, la plata, las cosas que trae la plata (la cosas que se lleva), el apuro, la necesidad de no estar solo, las doce páginas de ese libro que abandoné, el árbol seco, la vereda sucia, el calor, el frío, la tarjeta del micro, las llaves, la vecina que limpia la vereda con la manguera? ¿de qué van a servir las monedas que hacen ruido en el bolsillo, la goma y el lápiz, las hojas en blanco, las ruedas de los autos (y los autos), la almohada, los cordones de las zapatillas, las piedras con la que me tropiezo, la función de la puerta, los lugares adonde no debo llegar tarde, los tubos de luz, la obsecuencia de siempre, la tristeza, las palabras, el insalubre café granulado?

Un cuadro lleno de paredes rebeldes. Oscuridad, silencio.

23.7.10




The cracked paint on the ceiling,

laughter when you’re feeling
really dead inside.

Gary comes with Marianne,
Julie brought sin with his Susan
they say don’t hide

Muffle voice is on the TV,
in your car, you see just tea leaves.
Take a look inside
What do you see?
What do you see?

See, beautiful losers
Lovely, lovely losers
Just you and me
See, beautiful losers
Lovely, lovely losers
Just you and me.

Well we spit blood while we’re laughing,
leave all our lies for nothing
just like the sea.

We’re moving while we’re dying,
laughing while we’re crying.
Yeah, you and me

And david cries for Caroline
and julie she waste all her time
just on shooting star

I just lie and meditate,
then I smash and curse and hate
the whole damn farse.

(Cause we are)

Beautiful losers

Lovely, lovely losers
Just me and you
Beautiful losers
Darling, darling losers
My song is true.

22.7.10

Cada vez te recuerdo con menos lucidez. Poco a poco esas imágenes van desapareciendo, callando de a poco taciturnas, sumergiéndose sin conciencia en la espesa bruma de la memoria. Cada vez más confusas, inexactas, hasta que un día, sólo tenga un montón de pasajes poco reales de lo que realmente sucedió. Un puñado de asoleados recuerdos que, a medida que pasen los años, se irán disgregando mientras se refugian inocentes entre en ese fino lienzo que aísla mi memoria de mi astuta imaginación.
¿Cómo seguirte buscando si ya no recuerdo cómo eras? ¡Qué desteñida resignación!

Gente que mira por la ventana

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